PERSONAJES DE INTERÉS

cuya acta de nacimiento se encuentra en la Iglesia Parroquial.

A la derecha Valentín González, acompañado de Azaña, General Miaja, Indalecio Prieto y Negrín. Madrid, 1937Nacido y criado en Malcocinado en el Sur de Badajoz, zona eminentemente agrícola,  este hombre, que la propaganda comunista convertirá en El Campesino por excelencia, sin haberse dedicado nunca a las labores de la tierra, ocupa un lugar mítico en la historiografía nacional. Líder de las milicias populares durante la guerra civil, fue tan ensalzado por unos, como odiado y vilipendiado por otros. “El Campesino, cabeza principal de la brigada, lleva en su vida una larga historia de hombre de combate. Varón de Extremadura, se levanta contra el cielo ensangrentado de la guerra como un bloque viril y puro. Lo veo como un herrero forjador de temples heroicos, victorias, verdades y justicias. Su presencia de fortaleza y su aliento austero derriban como un huracán las debilidades y los robles que se le ponen por delante. A cada nueva ocasión da nuevas pruebas de inmensas capacidades de mando y de organización. Es uno de los dirigentes y defensores más apasionados del pueblo. Lleva muchas heridas por dentro, y no repara en las balas que le cuelgan sobre su piel blindada. En los momentos difíciles surge El Campesino con una voz emocionada y rotunda, una bomba y una pistola y una cara de comerse el mundo sobre las trincheras, y los fusiles marchitos recobran su gallardía fiera, y los movimientos contra el enemigo tienen efectos mortales y victoriosos. Apenas duerme; come con una mano y dispara con la otra; truena y relampaguea contra los cobardes, los retrasados y los bribones. Tiene una palabra que quema, unos ojos que petrifican y una barba revuelta y negra, que mete para convencer en todas las bocas y que es el terror de moros alemanes..”. Así lo magnificaba el gran Miguel Hernández, que también le dedicó encendidos versos, en su Hombres de la Primera Brigada Móvil de Choque.

Valentín González, que en su turbulenta juventud tuvo contactos con la FAI, trabajó algún tiempo en las minas de Peñarroya. Preso a raíz del asesinato de cuatro guardias civiles, llega después a Madrid, donde se afilia al Partido Comunista (1929).

En julio de 1936 manda un batallón de campesinos en el sector de Somosierra, lo que demuestra que se había distinguido en los primeros combates y demostrado dotes de mando. Aparece después como jefe de un subsector en Somosierra, de donde pasa a la retaguardia (Alcalá de Henares) con un batallón de efectivos superiores a los normales. A finales de año se le da el mando de la brigada llamada E mixta de choque que se convertirá en 10ª brigada mixta. Combate en diversos frentes madrileños y a las ordenes de Juan Modesto Guilloto, quizás el más importante de los líderes de la milicia y el ejercito popular, en la batalla de la carretera de La Coruña. Participa después en las batallas del Jarama y de Guadalajara, integrado en la 11º División de Líster. En junio de 1937, al crearse la 46º División, se le da el mando, y al frente de ella combate en Brunete, donde su unidad es detenida frente a Quijorna y sufre bastantes bajas. Encargado en Teruel de la defensa de la ciudad recién conquistada, permanece en su interior hasta el último momento; amparado por la noche se retira con algunos de sus hombres, pero muchos quedan prisioneros. Siempre al mando de la 46ª División participa en diversas acciones de guerra. Su incompatibilidad con Líster, que procede de rivalidades militares, políticas y temperamentales, influye en su carrera militar y en su posterior destino. El conflicto entre ambos jefes comunistas hace que El Campesino abandone el mando de la 46ª División y con ello su carrera militar.

Tras la derrota de la República, se refugia en la URSS. El mismo ha dejado escritas sus frustrantes experiencias en el país de los soviets: Yo escogí la esclavitud, obra que ha conocido numerosas ediciones, es un crudo testimonio de las decepciones sufridas por el militante carismático en el paraíso de la burocracia, donde pasaría diez años. Ingresó en la Academia militar rusa, de la que fue expulsado por indisciplina e Independencia de criterio. Huye de aquel país, pero los británicos lo detienen en Persia y lo devuelven a Rusia. Internado en el campo de trabajo de Yorkuta vuelve a fugarse, esa vez con éxito. Establece su residencia en Francia, desde donde dirige algunas acciones terroristas en suelo español. Sin renunciar a sus creencias comunistas, fue un decidido denunciante de los horrores patrocinados por Stalin. (M.P.L.)

Carlos Guerrero EspinoApodado «el poeta campesino», nació en Malcocinado (Badajoz) el 17 de diciembre de 1899, y falleció en Alcorcón (Madrid), el 2 de julio de 1977.

Descendiente de padres agricultores, dedicó la mayor parte de su vida al campo, más concretamente a los olivos, de los que era gran conocedor y a los que podaba con gran maestría: “… este árbol retorcido, pero increíblemente suave y delicado …”, como él mismo describe en su obra “Mis noches en Escarranchal”.

Las circunstancias familiares le impidieron ir a la escuela en su niñez, así que Carlos, analfabeto aún a los 20 años, aprovechó la época lejana de su milicia para comenzar a forjar su vasta cultura y su sencillo estilo literario, bien cuidado y expresivo.

Aquí una muestra de ello:

AL RINCÓN DE MI PATRIA CHICA

Campana de mi lugar
la del metal tan laino
lejos de ti, por destino,
yo no te puedo olvidar.

El ruiseñor en la selva
le canta a la Creación
y yo le envío a mi pueblo
notas de mi corazón.

Ya, si mis restos mortales
durmiesen en tierra extraña
ya puede decir tu historia
que hubo un niño que te amó,
que te llevó en sus entrañas,
y grabado en su memoria.

¡Oh pueblo del alma mía,
rincón patrio y extremeño!
para mi es un dulce sueño
dedicarte esta poesía.

Tu que me viste nacer
y de jugar siendo niño
recíbela con cariño
cual si fueras la mujer
que más me quiso en el mundo.

Tu vives en un ambiente
de hormiga recolectora
no malgastas ni una hora
¡puedes levantar tu frente!

Vives pegado al terruño
empujando la mancera
llevando esa lucha entera
de hacerlo todo por pudo.

Tu no te puedes mirar
en esas llanas campiñas
que tienen fértiles viñas
y campo mecanizado
porque tu labras la tierra
de abrupta y alta montaña
pero puedes contemplar
tu gran mata de olivar,
honra y orgullo de España.

En aceituna de masa
-de pico y de manzanilla-
tu tienes una existencia
que te hace competencia
a la mejor de Sevilla

Tienes aceites muy finos,
puros y sin acidez,
lo han dicho, más de una vez
los que vieron tus molinos.

Tu eres la agreste perdiz
que canta en medio del monte,
eres rincón ignorado
y yo quisiera ponerle
-en lo que atañe a tu arado-
a tu vida otro horizonte
que te hiciera más feliz.

Que tus hijos no se fueran
lejos de su rincón natal
que es signo convencional
que halla amparo en su tierra.

Por faltarte a ti expansión
labras en otras regiones;
donde tus harados pones
vas cantando tu canción.

Canción de yugo y mancera,
canción de labor fecunda,
canción de la sementera.

Hoy en pueblos de Sevilla
vas tirando tu semilla
como lo has hecho en el tuyo,
siendo para ú un orgullo
-lo puede decir cualquiera-
pues cultivando sembrados
donde pones tus arados
pones alta tu bandera.